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Los objetos litúrgicos católicos que, como proveedores de artículos religiosos ofrecemos en Promosant, como cálices, vinajeras o atriles, son parte fundamental de la celebración de la Eucaristía y otros sacramentos que se celebran semana a semana en misa. Estos artículos, que a menudo están hechos de materiales de alta calidad como oro, plata, bronce, madera y otros metales, necesitan un cuidado especial para que no se deterioren a lo largo del tiempo. El mantenimiento adecuado no solo preserva la calidad de estos objetos, sino que también muestra el respeto que merecen por su uso en el culto sagrado. Por ello, hemos preparado una guía con recomendaciones sobre cómo cuidar y limpiar los accesorios litúrgicos según su material de fabricación.

¿Cómo limpiar los accesorios litúrgicos sin dañarlos?

Vamos a hacer un repaso a algunos de los accesorios que, por su uso, requieren algo más de mantenimiento. Puesto que los materiales y fabricación de todos ellos son similares, podrías aprovechar los consejos para cualquier otro objeto litúrgico que necesites limpiar.

Mantenimiento para cálices

Materiales comunes: oro, plata, bronce y vidrio.

Los cálices son posiblemente los objetos litúrgicos más importantes, ya que se utilizan para contener el vino consagrado que se convierte en la Sangre de Cristo. Dada su función sagrada, su limpieza y cuidado requieren de todo el esmero posible.

Oro y plata: Si el cáliz es de oro o está chapado en oro, es importante limpiar la superficie suavemente con un paño de algodón suave y seco después de cada uso. Para una limpieza más profunda, se puede usar un paño especial para metales preciosos o una solución de limpieza suave diseñada específicamente para oro. Evita los productos abrasivos que puedan dañar el revestimiento. En el caso de cálices de plata, además del paño suave, se puede utilizar un limpiador de plata una vez al mes para prevenir el deslustre.

Bronce y cobre: La principal desventaja de estos materiales es que pueden oxidarse con el tiempo, especialmente si no se limpian después de cada uso. Para limpiar cálices de bronce, mezcla un poco de vinagre con agua tibia y frota suavemente con un paño suave. Enjuaga con agua y seca inmediatamente para evitar manchas.

Vidrio: Algunos cálices modernos pueden incluir vidrio en su diseño. Estos deben lavarse con agua tibia y jabón suave después de cada uso, secándose cuidadosamente con un paño sin pelusa para evitar arañazos.

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¿Cómo limpiar las vinajeras?

Materiales comunes: vidrio, cristal y acero inoxidable.

Cualquier guía para aprender a limpiar los accesorios litúrgicos debe tener en cuenta las vinajeras y, es que, estos recipientes pequeños son utilizados para contener el agua y el vino antes de la consagración. Dado que se usan con regularidad, es importante limpiarlas después de cada Misa.

Vidrio y cristal: Para limpiar vinajeras de vidrio o cristal, lávalas con agua tibia y un limpiador muy suave. Asegúrate de enjuagar bien para eliminar cualquier residuo de jabón, y sécalas inmediatamente con un paño sin pelusa para evitar marcas de agua. El uso de un descalcificador suave puede ser necesario si el agua de la zona contiene mucha cal.

Acero inoxidable: Las vinajeras de acero inoxidable son más duraderas y resistentes a las manchas, pero aún así requieren un cuidado adecuado. Limpia con agua tibia y jabón, utilizando un paño suave o una esponja no abrasiva. Sécalas bien para evitar marcas de agua o manchas.

¿Cómo limpiar los atriles de la iglesia?

Materiales comunes: madera o metal.

Los atriles son fundamentales en la Misa, ya que sostienen el Misal o las Escrituras. Mantener el atril limpio y bien cuidado evita que se vea mal cuidado por parte de los asistentes.

Madera: Los atriles de madera requieren una limpieza semanal con un paño seco o ligeramente humedecido. Si la madera tiene un acabado barnizado utiliza productos para muebles de madera que nutran la madera y protejan el barniz. Evita el uso de agua en exceso, ya que puede dañar la madera y provocar que se hinche o se deforme. Un pulido ocasional con cera para muebles ayudará a mantener el brillo natural.

Metal: Los atriles de metal, como bronce o hierro forjado, deben limpiarse con un paño seco para quitar el polvo y la suciedad acumulada. En caso de manchas, utiliza una solución de vinagre diluido o productos especializados para metales. Sécalos siempre para evitar la oxidación.

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¿Cómo mantener limpia la fuente bautismal?

Materiales comunes: mármol, piedra y metal.

La fuente bautismal es uno de los objetos litúrgico más importantes de toda la religión católica, ya que es donde se lleva a cabo el sacramento del Bautismo. Como ocurre con el resto de objetos litúrgicos, el mantenimiento de la fuente bautismal depende del material en que esté hecha.

Mármol o piedra: El mármol y la piedra natural requieren un cuidado muy especial, ya que son porosos y pueden absorber líquidos que dañan el material desde el interior. Usa un paño para limpiarla casi diariamente y evitar la acumulación de polvo o suciedad que se mezcle con la humedad del agua. Si la fuente se mancha por algún motivo con alguna sustancia más fuerte, te recomendamos que utilices una mezcla de agua tibia y jabón suave. Nunca uses productos ácidos o abrasivos, ya que pueden dañar la superficie. Además, es recomendable sellar el mármol periódicamente con un sellador especializado para protegerlo de manchas y humedad.

Metal: Si la fuente bautismal está hecha de bronce o cobre, limpia el exterior con un paño suave y una mezcla de vinagre y agua tibia para evitar la oxidación. Enjuaga bien y seca con un paño para prevenir manchas de agua. Si la fuente es de acero inoxidable, una limpieza con un detergente suave y agua es suficiente.

Recomendaciones a la hora de cuidar y limpiar los objetos litúrgicos

Ahora que ya sabes como limpiar la gran mayoría de objetos litúrgicos, vamos darte una serie de consejos generales que puedes aplicar en todos tus procesos de limpieza. Para empezar, debes evitar siempre el uso de productos abrasivos al limpiar objetos litúrgicos, ya que pueden dañar el material, especialmente en aquellos chapados en oro o plata. En lugar de productos agresivos, es mejor optar por soluciones suaves y específicas para cada tipo de material.

También es importante llevar un mantenimiento y limpieza constante aunque los objetos no se utilicen frecuentemente. Limpiarlos periódicamente ayuda a prevenir la acumulación de polvo, suciedad o manchas que, a largo plazo, pueden deteriorar la superficie. No te olvides de proteger los objetos litúrgicos de la humedad. Siempre deben secarse completamente después de la limpieza, especialmente los de metal, para evitar la oxidación o corrosión.